La vida en una de las ciudades más grandes del mundo puede disfrutarse de una singular manera, en ocasiones pensamos que las grandes vistas que nos ofrece la naturaleza están fuera de la ciudad, en los verdes campos, en las playas, en las imponentes montañas., pero solo basta ver con detenimiento y alzar la vista ante lo que la naturaleza nos ofrece en esta gran urbe citadina.
Levantar la mirada hacia los alrededores de la ciudad, disfrutar un amanecer o atardecer es un placer que también se puede tener con solo desearlo y ser curioso. Buscar un lugar en el que la vista nos de ese gusto en lo alto de un campanario, un elevador panorámico, la azotea de un edificio, incluso la vieja táctica que poníamos en práctica de niños ¡el subirnos a un árbol funciona muy bien!
Les presento algunos de esos momentos mágicos en el que disfruto de solo ver lo que hay a mi alrededor, disfrutarlo y capturarlo en imágenes. Placer, meditación, tranquilidad, alegría son algunos de los sentimientos que tengo al ver, sentir y disfrutar de mi día a día.
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